La Policía Nacional Civil (PNC) registró un total de 1,948 denuncias por diferentes delitos sexuales, entre el período de enero a junio de 2017. El 79% de estos delitos fue cometido contra niñas, niños y adolescentes menores de 17 años, principalmente del sexo femenino con una proporción del 95.39% y en niños, con el 4.61%.
Más de la mitad de las denuncias, el 59.34% proviene de cinco departamentos: Cabañas, La Libertad, La Unión, San Salvador y Santa Ana. Por cantidad San Salvador, acumula la mayor cantidad de denuncias, 390, sin embargo, por tasa poblacional, La Unión y Cabañas, ocupan el primer lugar.
Estos datos evidencian la complejidad de la violencia sexual contra la niñez en nuestro país y la necesidad de mejorar la aplicación de las leyes y sancionar a los agresores, pero además mejorar los servicios de atención y seguimiento a las víctimas.
Como explica la OMS, esta problemática sigue siendo un tabú y es difícil de revelar en muchos entornos, donde se debe tomar en cuenta las diferencias de edad o de poder entre víctima y victimario. Agrega que las personas que sufren violencia sexual, especialmente la niñez, pueden sufrir consecuencias conductuales, sociales y de salud
mental similares. No obstante, las niñas y las mujeres soportan la carga más abrumadora de traumatismos y enfermedades resultantes de la violencia y la coacción sexuales, no solo porque constituyen la gran mayoría de las víctimas sino también porque son vulnerables a consecuencias para la salud sexual y reproductiva, como embarazos no deseados, abortos inseguros y un riesgo mayor de contraer infecciones de transmisión sexual, inclusive la infección por el VIH, durante el coito vaginal.